El balance significa mantener los 3 aspectos del agua (pH, alcalinidad y dureza) en los niveles
apropiados. Esto con el objetivo de que los químicos que uses para su limpieza surtan un
verdadero efecto. Por eso decimos que tanto el balance como en sanitizador son igual de
importantes en el cuidado de la piscina.
Agua corrosiva, agua incrustante y agua balanceada
Como debes saber, el agua puede ser tanto corrosiva como provocar incrustaciones. El agua que
se torna corrosiva o forma incrustaciones se llama agua desequilibrada, mientras que el agua
que no causa estos males se llama agua equilibrada o balanceada.
El agua corrosiva tiende a disolver el cemento y los metales con rapidez, ocasionando
problemas como roturas en intercambiadores de calor, agujeros en filtros de acero, disolución
de las juntas, entre otros. Por eso, es un problema que debe solucionarse lo antes posible, ya
que además puede afectar seriamente la salud de los bañistas.
Las señales de la corrosión del agua son las coloraciones producidas por la disolución o cambio
de estado de los metales disueltos en el agua, que finalmente pueden llegar a depositarse como
manchas sobre la superficie de la piscina o mantener al agua completamente coloreada:
●Hierro: colorea marrón o verde.
●Cobre: colorea azul, verde, gris o negro.
El agua incrustante hace exactamente lo opuesto: deposita o precipita carbonato cálcico (entre
otros), causando deposiciones en la superficie de las piscinas, saturando filtros, tuberías,
accesorios, y demás.
Antes que tomar cualquier decisión sobre la desinfección del agua en sí, es importante tener el
agua en equilibrio para evitar problemas físicos y químicos. De igual forma es fundamental
eliminar la creencia de que el balance del agua se realiza exclusivamente para evitar "males
menores" de apariencia estética en las piscinas, cuando en la realidad afecta negativamente el
método de desinfección.